El reparto de una herencia puede ser un momento complicado, especialmente cuando estamos lidiando con la pérdida de un ser querido. En momentos como este, las emociones están a flor de piel, y ponerte a entender los pasos legales que hay que seguir puede llegar a ser agobiante y muy abrumador. En este artículo vamos a ayudarte a comprender cómo se reparte una herencia en España, de forma clara y accesible, para que puedas afrontar este proceso con la tranquilidad de saber qué hacer en cada etapa.
Cuando hablamos de herencia, nos referimos a todo lo que una persona deja cuando fallece: bienes materiales, derechos (cuentas bancarias, propiedades, etc.) e incluso deudas. En otras palabras, todo el patrimonio de una persona pasa a formar parte de la herencia tras su fallecimiento, bienes, derechos y obligaciones.
Bienes materiales:
Derechos:
Obligaciones y deudas:
Es importante volver a destacar que, en España, heredar significa asumir tanto los activos como las obligaciones del fallecido. Por ello, los herederos deben valorar cuidadosamente si aceptan la herencia, especialmente en casos donde las deudas puedan superar los bienes recibidos.
En España, hay dos tipos de herederos:
Cuando no hay testamento, el proceso se complica un poco más. Sin embargo, esta situación esta bien respaldada por la ley. En caso de no haber testamento, los bienes se reparten entre los familiares siguiendo un orden de prioridad, lo que se conoce como sucesión intestada (herencia abintestato). La sucesión intestada también puede ocurrir cuando una persona fallece y en su testamento no se contempla la totalidad de su patrimonio.
La ley española establece un orden de prioridad estricto para determinar quiénes recibirán la herencia en caso de sucesión intestada. Este orden se detalla en el Código Civil y sigue los siguientes pasos:
El reparto de una herencia puede llevar más tiempo del que pensamos, no es un trámite que se pueda realizar de un día para otro. Hay trámites y documentos necesarios que deben gestionarse con cuidado.
En Funeraria La Dolorosa te ayudamos con todos estos trámites funerarios, desde la solicitud del certificado de defunción, gestión de herencias, hasta asesoramiento en el pago de impuestos. Estamos a tu disposición para acompañarte en el camino. Puedes contactar con nosotros llamando al 967 508 575.
El reparto de una herencia sigue unas reglas bastante claras, sobre todo, si hay herederos forzosos.
La ley reserva una parte de la herencia para los herederos forzosos, conocida como legítima. Esto significa que, incluso si el fallecido dejó un testamento, no puede disponer libremente de toda su herencia.
La legítima es una de las particularidades del derecho sucesorio en España y tiene como objetivo proteger los derechos de los descendientes, ascendientes y cónyuge, asegurando que no queden desamparados tras la muerte del testador.
La legítima se divide en tres partes:
Como hemos visto antes, si no hay testamento, la herencia se reparte según el orden de prioridad de la ley.
Hay veces, que en el momento de repartir la herencia, hay muchas tensiones familiares, especialmente cuando los bienes tienen un alto valor emocional o económico, o cuando los intereses de los herederos son muy diferentes. Estos desacuerdos, aunque comunes, pueden solucionarse de diversas maneras dependiendo de la complejidad del conflicto y de la predisposición de las partes para negociar.
Resolver conflictos mediante acuerdos alternativos. La vía más eficiente y menos conflictiva para resolver desacuerdos es el acuerdo extrajudicial. En este contexto, los herederos pueden explorar opciones que beneficien a todas las partes, como:
En este caso, recomendamos que cuentes con el apoyo de un abogado o notario que supervise y registre los acuerdos alcanzados, ya que es la única manera de garantizar su validez de forma legal.
La mediación. Esta es otra opción para casos más complejos o emocionalmente cargados. Un mediador especializado en herencias actúa como una figura imparcial que facilita el diálogo entre las partes. Cuando se acude a la mediación, se evitan los procesos judiciales, se reduce la tensión familiar, se llegan a acuerdos que reflejan mejor las necesidades e intereses de cada heredero y, en comparación con un juicio, es significativamente más rápida. Es importante que tengas en cuenta que la mediación no es vinculante, pero los acuerdos alcanzados pueden formalizarse ante un notario para adquirir fuerza legal.
La partición judicial. Cuando las vías alternativas no funcionan, la partición judicial de la herencia se convierte en la única solución. Este proceso se inicia mediante una demanda presentada por uno o varios herederos y se tramita en los juzgados de lo civil. Esta opción implica varias cosas: el nombramiento de un perito, la intervención de un juez y unos costes elevados (honorarios de abogados, procuradores y tasas judiciales que, normalmente, suelen deducirse del valor de la herencia). La partición judicial es un proceso largo, que puede durar meses o incluso años, dependiendo de la complejidad del caso. Además, puede tensar aún más las relaciones familiares, ya que las decisiones quedan en manos de un tercero y no de los herederos.
Aunque los desacuerdos pueden surgir incluso en las familias más unidas, existen medidas que el testador puede tomar en vida para minimizar el riesgo de disputas:
Cuando una persona fallece, su herencia no solo incluye bienes y derechos, sino también las deudas que haya dejado pendientes. Esto significa que, al aceptar una herencia, los herederos no solo adquieren el patrimonio positivo, sino que también se convierten en responsables de las obligaciones económicas del fallecido.
La ley permite a los herederos tomar decisiones importantes para proteger su patrimonio personal, especialmente en casos donde las deudas superan el valor de los bienes heredados.
Una de las situaciones más comunes en el reparto de herencias son las deudas hipotecarias. Si el fallecido tenía una hipoteca, los herederos deben decidir qué hacer con la propiedad y la deuda asociada. Estas son las opciones para gestionar una hipoteca heredada:
Las deudas sin garantía (como préstamos personales, tarjetas de crédito o facturas pendientes) también forman parte de la herencia. Estas deudas se saldan con los bienes heredados, siguiendo este orden:
Cuando las deudas son mayores que el valor de los bienes, los herederos no están obligados a asumir la diferencia con su propio patrimonio si optan por:
Si nadie acepta la herencia, los acreedores pueden intentar recuperar sus deudas mediante la liquidación de los bienes del fallecido, pero no pueden reclamar a los herederos.
Como conclusión, hemos visto que gestionar una herencia puede parecer complicado, pero con información clara y un poco de ayuda es posible hacerlo de manera justa y ordenada. En Funeraria La Dolorosa, entendemos la importancia de ofrecer apoyo en estos momentos delicados. Si necesitas orientación, no dudes en buscar asesoramiento de mano de nuestros profesionales para afrontar este proceso con tranquilidad. Recuerda: cada decisión que tomes ahora puede marcar la diferencia para el futuro.
Especialista en organización de servicios funerarios
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