Antes de la celebración del velatorio, existen dos prácticas habituales en la preparación de las personas fallecidas: la tanatopraxis y la tanatoestética. Hay cadáveres que presentan por sí solos buen aspecto, ya que la muerte se ha producido de forma natural. Sin embargo, en otras ocasiones, precisarán de más trabajo por parte de los tanatopractores y tanatoesteticistas. A continuación, desde Funeraria La Dolorosa de Albacete te queremos contar cuál es su labor.

¿En qué consisten la tanatopraxis y la tanatoestética?

La tanatopraxis, cuya palabra se ha formado con los términos «tanato» (Tánatos, el dios de la muerte) y «praxis» (práctica), es un conjunto de acciones que conllevan la higienización, restauración y retoque estético de los cadáveres. Se trata de un proceso que dura alrededor de una hora, aunque dependiendo del caso puede alargarse algún tiempo más.

La tanatopraxis se efectúa una vez expedido el certificado médico de defunción. Si se ha realizado una intervención judicial, será obligatorio esperar hasta que se autorice la manipulación del cadáver. El objetivo de esta práctica es lograr que el cuerpo sin vida se presente ante las personas que le velarán lo más natural posible. Para lograrlo, se llevan a cabo estos pasos:

  • Lavado y desinfección. Consiste en eliminar las bacterias del cadáver con el fin de evitar su descomposición antes de que sea enterrado o incinerado.
  • Sutura de boca y nariz. A veces, estas dos cavidades se quedan abiertas y la única manera de que permanezcan cerradas es coserlas.
  • Extracción de tejidos y prótesis. Si el fallecido tenía un marcapasos u otro aparato de ortopedia, se le quitará.
  • Recomposición. Puede que la muerte haya sido accidental o violenta y necesite la reconstrucción de algunas partes para que el cuerpo presente la menor cantidad de signos traumáticos posible.
  • Maquillaje y peinado. Esta parte del proceso forma parte de las labores del tanatoesteticista.

Al hilo del último punto, conviene que te aclararemos que la tanatoestética se encarga de devolver a la persona fallecida un aspecto físico lo más parecido posible al que tenía en vida. Para ello, se efectúa el amortajamiento o colocación de la ropa, el peinado y el maquillaje.

La importancia de la vestimenta

En muchas ocasiones, la vestimenta es muy importante. Normalmente, las personas que han desempeñado una profesión con uniforme, como los bomberos o los policías, suelen querer que se les vele con esa ropa. Si no hubieran dejado indicado qué vestimenta llevar, la familia lo decidirá y el tanatoesteticista amortajará el cadáver.

Por otro lado, el maquillaje logra disimular cicatrices y heridas, un aspecto muy a considerar. Además, a los hombres se les afeita y, al igual que a las mujeres, se les aplica crema hidratante en la cara y las manos. Por último, se les da color a las mejillas, que posiblemente ya comiencen a mostrar la palidez propia de los cadáveres.

La última parte del trabajo del tanaesteticista consiste en el peinado. El pelo debe ser fiel a como lo llevaba el fallecido antes de morir.

¿Quién puede hacer de tanatopractor y tanatoesteticista?

Estas dos profesiones son muy demandadas en la actualidad. Sin embargo, este tipo de trabajo requiere de una formación muy específica, además de obtener una titulación profesional que le acredite para el desempeño de esta labor. No se trata de una carrera universitaria, aunque existen cursos que imparten universidades, escuelas y otros centros acreditados que instruyen al estudiante en los aspectos teóricos y prácticos de la tanatopraxis y la tanatoestética.

En todo caso, debes saber que la persona que decida dedicarse a alguna o a las dos profesiones ha de ser habilidoso, así como poseer capacidades físicas para levantar cadáveres. También de ciertas aptitudes psicológicas, ya que no todo el mundo está preparado para ver y manipular cuerpos sin vida.

Tanto la tanatopraxia como la tanatoestética son muchas de las acciones que se dan tras una defunción. Al igual que el traslado de restos, los trámites funerarios necesarios y obligatorios, el detalle de las flores funerarias o la incineración o cremación.